¿Estás enseñando a tus hijas que son menos valiosas que los hijos?

Por supuesto no. Las niñas y los niños son igualmente valiosos que los humanos y cada uno es valioso por diferentes razones individualmente.

Las niñas pueden quedar embarazadas y llevar al feto a término. Los niños pueden ayudar con eso depositando su esperma. Se necesitan los dos para crear un hijo. Ninguno de los dos es mayor que el otro.

Las niñas son naturalmente mejores en ciertas cosas y los niños son naturalmente mejores en otras cosas. A veces se superponen también.

He notado que este es un problema en los países del Medio Oriente y también en algunos países asiáticos. Solía ​​ser un problema en todo el mundo. Incluso en los Estados Unidos, las mujeres no podían votar hasta alrededor de 1919, creo que fue así. De todos modos, luchamos por la igualdad de derechos en la década de 1970 y finalmente los obtuvimos de la mayoría de las formas. Sin embargo, aún queda mucho por hacer.

Por el contrario, cuando eran pequeños, decidí que muchos de los juguetes más creativos eran para niños. Así que decidí comprar juguetes que fueran similares para ese ejercicio en particular.

También hice lo mismo por mi hijo en vista de mi hija para ayudarla a ser más cariñosa. Le di a mi hijo una muñeca igual.

Sin embargo, una vez que comenzaron el preescolar, mi hija me dijo que no se suponía que jugara con los juguetes de los niños sino con la estufa de la cocina y las muñecas.

Entonces, ¿qué deben hacer las madres o los padres? Todavía le aseguré que puede hacer lo que quiera mientras sea feliz.

Aunque tenía una discapacidad leve con Asperger, le fue bien en todas sus clases y fue una estudiante “A” y “B”. Mi hijo también era un estudiante “A” y “B” también. Ambos recibieron el estímulo de sus padres y ahora ambos tienen éxito en sus propias carreras.

Mi cuñada y yo compartimos el hecho divertido de nuestras habilidades para la crianza de los hijos: criamos a nuestros hijos para que fueran hombres amables, dulces y compasivos (como quisiéramos por nosotros mismos), pero criamos a nuestras hijas para que sean tan ¡Resistentes como las uñas (para hacer frente a este mundo real en el que vivimos)!