Debe investigar sus leyes locales, pero generalmente tiene el derecho de protegerse a sí mismo y a sus hijos si y solo si están en peligro inmediato (por ejemplo, el perro no solo está ladrando sino que gruñe y le ataca con la intención de morder). También puede pedir (amablemente) que el propietario le ponga la correa al perro a menos que se encuentre en una zona designada sin correa.
Habiendo dicho eso:
Si estás en público, el dueño del perro tiene derecho a estar allí tanto como tus hijos. Enseñe a sus hijos a no temer al perro, sino a comprender que el ladrido del perro es su forma de hablar. Claro, suena grande y aterrador, pero si no le temes, puedes enseñarles a no temerlo tampoco.
Algunos consejos fáciles de “lenguaje de perro”:
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- Lenguaje corporal que significa que el perro es juguetón
- Meneando la cola horizontalmente en un ángulo de 90 °, meneando ampliamente y rápido
- Las orejas están alerta pero no se arrojan hacia atrás, la boca está abierta, la lengua está colgando
- “Juega con el arco” donde las patas delanteras están hacia abajo en el suelo y las patas traseras son más altas.
- “Saltos” cortos con las patas delanteras o “trote” en su lugar
- Los ladridos son cortos, pocos (en intervalos de 1 a 3, solo tratando de llamar su atención) y de tono medio (en comparación con el otro tipo de ladridos del mismo perro)
- Traer juguetes o juguetes
Si el perro se ve así, ¡quiere jugar! Pregúntele al dueño si está bien que sus hijos jueguen con el perro.
- Lenguaje corporal que significa que el perro es cauteloso o temeroso (el perro se siente incómodo y puede intentar morder si la persona se acerca lo suficiente)
- Cola baja y lenta (lista para meterse entre las piernas si es necesario)
- Las orejas están alertas pero mirando hacia atrás (listas para ser aplanadas). La boca está cerrada o está jadeando mucho, incluso si el perro no ha estado corriendo o si hace calor
- “Ojos de ballena”, u ojos de reojo, bien abiertos y casi suplicantes; el perro no querrá hacer contacto visual (de todos modos, no es una buena idea hacer contacto visual con un perro …)
- Comportamiento plaquetario, como lamer su nariz en exceso, bostezar, patear el aire, aplacar el arco (que son las cuatro patas dobladas y arqueadas hacia atrás, cerca del suelo pero aún capaces de caminar, tratando de hacerse lo más pequeño posible), rodando a su vientre (que puede confundirse con una invitación al tacto; no debe hacerse a menos que sepa que el perro o el dueño dice que está bien).
- Bajo gruñido sin mostrar los dientes si se acerca.
- Corteza corta, fuerte y aguda. Es una advertencia para retroceder.
Si el perro se ve así, es mejor dejarlo solo.
- Lenguaje corporal que significa que el perro es sumisamente agresivo (el perro puede morder si se le provoca más, pero preferiría quedarse solo o escapar de la situación)
- Cola metida entre las piernas
- Orejas aplastadas contra calavera
- Gimoteo
- Placa de proa mientras intenta escapar de la situación
- Gruñendo con “labios” tirados hacia atrás (vea la imagen a continuación como referencia)
Si el perro se ve remotamente así, enséñeles a sus hijos a darle espacio.
- Lenguaje corporal que significa que el perro es Dominantemente agresivo (el perro morderá si se le provoca más)
- Cola hacia arriba (ángulo de 90 °) y rígida
- Orejas erguidas y mirando hacia adelante
- Cortezas bajas y agudas acompañadas de gruñidos.
- Hackles (pieles de cuello y hombros) de pie
- Patas delanteras rígidas y estiradas hasta el tope
- Contacto con los ojos (es por eso que debes enseñar a tus hijos a no mirar a los perros a los ojos)
- Gruñendo con “labios” hacia adelante, mostrando los dientes (vea la imagen a continuación como referencia)
En esta foto, el lobo de la derecha es predominantemente agresivo: observe las orejas, el contacto visual, el gruñido con los labios hacia adelante, los pelos levantados … está tratando de verse grande.
El lobo en el centro es sumisamente agresivo: observe las orejas, el gruñido de boca abierta, la columna curva, las patas que intentan mantener alejado al lobo dominante.
El lobo en la parte posterior, aunque oculto, muestra un comportamiento sumiso. Está tratando de parecer pequeño para aplacar al lobo dominante.
Además, enseñe a sus hijos a evitar comportamientos que puedan provocar al perro, como tirar de cualquier parte de su anatomía (orejas, colas, bigotes, pelaje, patas …), mirar a los ojos (signo de agresión), golpear o picar ( incluso “juguetonamente”) o pretendiendo gruñirle o ladrarle.