¿Puede contarnos sobre su tiempo en el MIT? ¿Cómo terminaste especializándote en arquitectura y cómo tu tiempo en la universidad dio forma a tu camino de vida actual?

Comencé en el MIT como estudiante de biología, pero lo abandoné después de un año y medio porque me desilusioné con el trabajo de laboratorio. Simplemente no podía verme feliz trabajando en un laboratorio durante las próximas X décadas. Me cambié a la arquitectura principalmente porque compré algunas otras especializaciones (informática, física, ingeniería mecánica) y disfruté más de la arquitectura. Siempre me ha encantado hacer cosas con mis manos, ya sea dibujar, esculpir, trabajar la madera, pintar o jugar videojuegos, por lo que la arquitectura parecía una gran opción que involucraba partes iguales de ingeniería y definiciones más clásicas del arte.

En realidad, en mi último año durante una clase de estudio, un profesor, Alan Joslin, me sugirió que estudiara la cocina como una carrera. Lo había hecho a tiempo parcial y durante los veranos durante un par de años, y cuando nuestro profesor nos pidió que trajeramos algo de fuera del campo de la arquitectura que disfrutamos a la clase un día, hice un montón de creme brûlée. Fue mediocre. Pero hablé sobre la ciencia de los huevos y lo fascinante que fue que una cantidad tan pequeña de proteína de huevo pueda generar una cantidad tan grande de natillas. Él dijo: “Kenji, has encontrado lo que amas. ¿Por qué no lo haces?”

Y así lo hice.

En cuanto a las influencias de la escuela, obviamente la educación en ciencias e ingeniería ayuda en lo que hago ahora, pero lo más importante era dónde vivía. Era una fraternidad mixta que estaba compuesta principalmente por estudiantes internacionales (alrededor del 80% cuando vivía allí), así que estuve expuesto a personas y culturas de todo el mundo. Luego pasé a cocinar para ellos durante varios semestres y siempre intentaba hacer que nuestras cenas de los domingos reflejaran las culturas y tradiciones de uno de nuestros miembros. Fue una gran oportunidad para aprender sobre la comida directamente de la boca del caballo y asegurarme de que realmente * la obtuve *. Esas son lecciones que llevo conmigo al proyecto en el que trabajo en estos días y es por eso que ves que tengo muy pocos límites culturales cuando se trata de técnicas y sabores.