De acuerdo con las normas sociales en evolución, las comunidades dentro de las escuelas públicas están tomando conciencia de los beneficios sociales y educativos de reconocer, celebrar y fomentar actuaciones de identidad complejas que no pueden etiquetarse claramente como “masculinas” o “femeninas”. La inteligencia emocional está ganando credibilidad como un componente intrínseco y útil del proceso de razonamiento, y las divisiones simplistas de género del tribalismo primitivo se están volviendo cada vez más irrelevantes.
Entonces, a medida que evoluciona la definición social de lo que es ser humano, las escuelas públicas mantienen el ritmo y se “humanizan” en lugar de “feminizarse”. Están tendiendo hacia un modelo “centrado en la persona” basado en el entendimiento de que las personas son más propensas a prosperar cuando atraviesan un proceso de auto-creación que no se ve afectado por los estereotipos de género restrictivos.