Huir de los problemas nunca es una solución para esos. Puede terminar entrando en nuevos problemas mientras intenta escapar de los demás.
Las situaciones parecen problemáticas cuando no están a la altura de nuestras expectativas y nuestros deseos no se cumplen. Pero la felicidad o la tristeza, ambas no duran para siempre. Mantenga sus esperanzas vivas, las cosas seguramente cambiarán para mejor tarde o temprano. Si es posible, haga esfuerzos para cambiarlo usted mismo. Pero si no está en sus manos, entonces acéptelo y ajústelo. No huyas, no es una buena opción.
Si tiene un entorno sofocante, debe hablar al respecto. Si hablar con alguien en el hogar o en la escuela no es una opción, entonces comience a escribir: un diario, un diario, un blog, cartas a un amigo por correspondencia o incluso a alguien confiable en Internet. El diálogo interno también ayuda en muchos casos en que nos convertimos en nuestros mejores amigos y esperamos poca ayuda de los demás. Si crees en Dios, busca la ayuda del Todopoderoso.
Por último, pero no menos importante, vive el dolor y prométete a ti mismo que algún día ayudarás a otra persona que está atravesando uno similar porque es posible que nadie más entienda su situación mejor que tú.
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