Miro esto de una manera diferente debido a cómo me criaron. Tal vez esto lo ayude a ver la situación desde una nueva perspectiva.
Alrededor de los diez años, mi papá me dio un pequeño consejo.
“Hijo, vas a tomar muchas decisiones en tu vida. Hay un viejo proverbio: “Haces la cama en la que te acuestas”.
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En otras palabras, parte de la toma de decisiones es asumir la responsabilidad de las consecuencias. Ahora tengo setenta y seis, y he vivido con ese proverbio toda mi vida. Se lo transmití a mis hijos.
Tomaste tus propias decisiones. Podrías tener:
· Elegido una escuela más asequible.
· Ido a la universidad comunitaria durante los primeros dos años.
· No gastar dinero en costosos viajes de vacaciones de primavera.
· Trabajó más duro para ganar dinero para ahorrar para su educación.
· Renunciar a tener un auto en el campus.
· Planificó sus finanzas con más cuidado.
· etcétera etcétera.
Ahora estás viviendo con las consecuencias de todas esas decisiones. Asumir la responsabilidad de sus decisiones, aprender de sus errores y seguir adelante.
Ahora aquí está la parte humorística de mi pequeña anécdota familiar.
Siempre asumí que el proverbio era cómo nuestra familia “hacía negocios”. Durante los últimos tres años de la vida de mi mamá, la cuidé, viéndola prácticamente todos los días. Ella no creía en absoluto que debería ser responsable de sus propias decisiones. De hecho, una de sus respuestas favoritas fue: “No fue mi culpa”.
Supongo que mi papá nunca llegó a darle esa conferencia durante los sesenta años que estuvieron casados.