Porque los viejos hábitos tardan en morir.
A la gente le gusta pensar que cualquier medio y método que los haya ayudado a convertirse en lo que son hoy también ayudará a todos los demás, independientemente de si es el año 2015 o no. Esa es la razón fundamental por la que el sector educativo parece ser un animal tan pesado y rígido. Las iniciativas políticas para alentar el cambio no ayudarán si los maestros (y los padres) no creen que producirá resultados en comparación con los métodos a los que están acostumbrados.
La pregunta sobre la adaptación tecnológica se extiende más allá de lo habitual. Muchas escuelas operan con presupuestos muy ajustados y no pueden permitirse integrar la última tecnología en sus operaciones. Además, para poder adoptar formalmente la tecnología en las metodologías de aprendizaje, sus efectos positivos en comparación con otras metodologías deben documentarse a fondo. Parece que gran parte de la nueva tecnología podría tener un efecto positivo en los resultados del aprendizaje, pero a menudo se trata de una suposición basada en la noción común de que tecnología = progreso y eficiencia. En realidad, no sabemos si gran parte de la última tecnología y software son realmente mejores que cualquiera de los otros métodos disponibles.
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