Gracias por el A2A. Estoy seguro de que los otros encuestados han escrito excelentes respuestas. Como hay todo tipo de maestros, haré todo lo posible para encontrar las palabras para lo que amo.
Un buen maestro ama a los estudiantes (de cualquier edad). Un buen maestro sabe sobre este grupo de edad y tiene una idea muy sólida sobre lo que funciona en términos de gestión del aula. Lo más importante, un buen maestro respeta a sus alumnos, mientras mantiene el papel de responsable. (Tenga en cuenta que no digo “dictador” o “jefe”. Eso puede funcionar para algunos, y está bien. Pero lo que hace un buen maestro es asumir la responsabilidad del funcionamiento de la sala y el aprendizaje, y esta práctica puede tomar muchos formas)
Un buen maestro ama su materia y está emocionado de compartirla. Para muchos de nosotros, por eso nos convertimos en maestros en primer lugar. No puse esto como mi primer párrafo, porque creo que los estudiantes son lo primero. Pero este es un segundo cercano. No esperamos que los estudiantes amen todo lo que hacemos sobre nuestra materia, pero queremos que vean cuán genial puede ser el aprendizaje.
Un buen maestro siempre se esfuerza por encontrar formas nuevas, interesantes y variadas de mejorar nuestra práctica. Esto significa que incluso alguien como yo, que ha estado en el campo durante casi cuatro décadas, intenta mantenerse al tanto de la nueva información y métodos. No significa que cambiemos simplemente por cambiar, sino que estamos intentando diferentes formas de abordar las necesidades de todos los estudiantes y comprometerlas. Un maestro que continúa haciendo exactamente lo mismo año tras año no es un gran maestro.
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Un buen maestro hace todo lo posible para apoyar y ayudar a sus colegas. Me doy cuenta de que no todas las escuelas tienen un clima excelente para su personal, y que esto puede ser algo muy difícil de hacer. Tenga en cuenta que la mayoría de los maestros trabajan la mayor parte del día de forma aislada. Necesitamos esa colegialidad, esa comprensión y, por supuesto, las ideas y sugerencias de nuestros compañeros.
Finalmente, un buen maestro se comunica. Ese es un término amplio. Lo que eso significa es encontrar las palabras y los métodos para transmitir y compartir información con los estudiantes. Pero también significa escribir boletas de calificaciones claras, abordar problemas con la administración y dejar que los padres sepan lo que está sucediendo, cuando sea necesario. Una tarea difícil, sin duda, y difícil para quienes enseñan a cien niños. Pero mientras más comunicación pueda ocurrir, mejor.
Enseñar no es un trabajo fácil. No es solo “ponerse de pie y hablar”. Pero no puedo imaginar hacer otra cosa.