¿Es la educación un factor de por qué los estudiantes asiáticos permanecen en la escuela y no tienen problemas, mientras que otros generalmente tienen más problemas?

Cuando tenía alrededor de 15 o 16 años (décimo grado), todo lo que quería hacer era ser el niño más genial de mi clase y tener seguidores de todos mis compañeros de clase. Solía ​​asistir a clases de matrícula después de mi horario escolar regular para perfeccionar mi comprensión de las materias aprendidas en la escuela. Me inspiré en los “niños geniales” (léase bully) en mi matrícula que solían ser lo suficientemente temidos como para ser respetados por todos los niños y a la mayoría de las chicas les encantaba la emoción de pasar tiempo con ellos después de las horas de clases. Golpearían a cualquiera que los desafiara y conocieran pandillas locales que los ayudaran. También extorsionarían dinero de mis compañeros de clase usando varias estafas.

Yo también me pasearía con ellos después de las clases para verme genial. Dos cosas me hicieron alejarme de meterme en problemas.

Una vez vi a uno de estos matones persuadir a un niño que holgazaneaba con él desde hace mucho tiempo para organizar su propio robo de bicicletas y luego venderlo para financiar su estilo de vida (licor, cigarrillos, etc.) y como se creía que la bicicleta había sido robado, los padres terminarían comprándole una bicicleta nueva. Esto me hizo repensar sobre el precio que eventualmente tendría que pagar por estar en esta empresa.

En segundo lugar, siendo un niño asiático, siempre se espera que obtenga el puntaje más alto para vencer a la carrera de ratas para asegurarse la admisión a la universidad de su elección. Tus padres que vienen del mismo origen y que quieren que no sufras las dificultades de ser un trabajador de clase media te ponen esas expectativas. Esta razón me permitió muy poco tiempo para pasar con estos niños. Si arruinaras tus calificaciones, estarías bajo tanta humillación por parte de tus padres, maestros, compañeros, etc., que serías clasificado como un mocoso inútil. Créeme, ningún niño quería estar en esta categoría.

El miedo a ser jodido por los mismos tipos con los que estaba tratando de hacer amistad, combinado con el miedo a ser excluido y clasificado como una pérdida de espacio en la sociedad, me aseguró que nunca me metiera en problemas.

Tener una meta (ya sea forzada externamente o realizada internamente) lo mantiene en un camino que rara vez le brinda oportunidades para meterse en problemas.