¡Hubiera sido asombroso! Porque esas personas se habrían dado cuenta de la inutilidad de una educación excesivamente orientada al examen, y habrían tomado las medidas apropiadas
Como recuerdo ahora, tenía un profesor de inglés en el octavo grado que provenía de un fondo de literatura / humanidades. Ella introdujo el sistema de un tragamonedas gratuito los viernes, ¡donde no había libros ni bolígrafos! Ella solía hacernos preguntas en general, y los niños tenían que dar sus opiniones hablando por un minuto frente a toda la clase. No sé si sus intenciones fueron ayudarnos a lidiar con nuestros problemas de miedo en el escenario, pero sin embargo, esos fueron tiempos increíbles cuando solía hacer preguntas como “¿Cuáles son las cosas que más te inspiran?” y “¿Crees en Dios?”. Ella nunca solía revelar sus opiniones, para que no tengamos prejuicios al escuchar la opinión de un anciano
Idealmente, cada maestro debe ser un filósofo 🙂