Los menores son, por definición, inmaduros y no pueden evaluar adecuadamente el material que están digiriendo, y pueden actuar de manera perjudicial para ellos mismos y para la sociedad en general. También hace que uno cuestione los motivos detrás de alguien que comparte dicho material con un menor, sus motivos pueden ser perjudiciales para el menor y la sociedad en general.
Estas razones no son muy fuertes, pero cuando se trata de “proteger” a los niños, no hay mucha razón involucrada, es principalmente emoción.
Nota: Dicho esto, hasta que un menor llegue a la pubertad, lo más probable es que no les interese el material pornográfico, ya que no lo entenderían, es más probable que cambien el canal o escojan otra revista que detenerse en material que no les interesa Esto va en contra de la idea de que los menores pueden representar lo que ven en el material pornográfico, ya que no lo digerirán, al igual que no pueden digerir una canica si se ingieren, pero de nuevo es la percepción de “proteger” a los niños lo que cuenta aquí, no la realidad.