La evidencia de todo el país en diferentes tipos de escuelas sugiere que cada vez más la respuesta es sí. En particular, los jóvenes estudiantes han demostrado una capacidad para usar el software iOS (aplicaciones iPad) con gran facilidad y habilidad. La capacidad de los estudiantes para usar aplicaciones básicas depende de sus circunstancias locales (qué tecnología tienen disponible, qué habilidades tienen sus maestros, etc.) y qué tan ubicua es la tecnología en sus vidas hogareñas.
Qué tan cuidadosamente usan estas aplicaciones y qué tan bien pueden transferir su uso a otras aplicaciones sigue siendo una pregunta abierta. Además, la capacidad de los estudiantes para comprender cómo funcionan estos programas y cómo se programan las computadoras es muy limitada. Y si se cree en el fantástico libro de Douglas Rushkoff Program or Be Programmed (y creo que es así), el verdadero desafío es el hecho de que los estudiantes solo parecen capaces de usar, en lugar de utilizar directamente, la tecnología.