Un arquitecto es un “generalista”: los arquitectos deben conocer bien el contexto del proyecto que se está diseñando y conocer a los usuarios que utilizarán el proyecto, y cómo su comportamiento termina afectando el diseño. Los arquitectos necesitan usar tanto la lógica deductiva como la lógica inductiva. Parte del conocimiento utilizado en un proyecto arquitectónico se adquiere a través de la experiencia (conocimiento empírico) y parte se obtiene al conocer los principios subyacentes. En los viejos tiempos, los arquitectos también solían trabajar en las herramientas, como hacer sus propios instrumentos de escritura y otras herramientas que los ayudan con su trabajo.
Durante el Renacimiento, uno vio a los arquitectos a la vanguardia de la integración de otras corrientes de conocimiento como las matemáticas, las bellas artes, etc. En el mundo actual, la computadora y el software utilizados forman el “instrumento de modelado” y es la “tinta” que necesita un arquitecto.
Comprender la informática; no solo desde el punto de vista del uso de la aplicación, sino conocerlo de manera oculta: la programación, las secuencias de comandos, la personalización, etc. serían extremadamente valiosas para un equipo de arquitectos. Conocer conceptos aún más profundos en informática, como algoritmos y estructuras de datos, también sería valioso. De hecho, algunos arquitectos importantes como Christopher Alexander han sabido que han contribuido a la informática.
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