Cuando somos estudiantes o padres, la mayoría de nosotros vemos al maestro como un proveedor de servicios. Su trabajo es educarnos y le pagamos los honorarios suficientes para la tarea. Esta es una mentalidad muy pobre, pero después de la interacción con muchos padres, podemos concluir cómo se ve todo desde la perspectiva de las tarifas pagadas y los servicios prestados. Estaríamos de acuerdo en que la comercialización de la educación ha causado el mayor daño a los maestros. Pero si dejamos de lado esta relación de hecho entre un maestro y estudiantes se ve afectada cuando
- Un estudiante no tiene respeto por el maestro. A veces tienes que tener en cuenta que él / ella es un maestro y ella te exige tu respeto así como así. Ex: ¿Ha marcado a los estudiantes sentados en el último banco a menudo no se molesta en ponerse de pie y saludar a la maestra cuando ingresa a la clase? Deje de lado los saludos que no se molestan en prestar atención cuando el tema que se enseña no es de su interés. Eso es una falta total de respeto a los maestros.
- Un maestro siempre da la bienvenida a la sesión de preguntas y respuestas, pero las preguntas formuladas con la intención de perturbar la clase son fenómenos muy comunes.
- Si un maestro ha hecho un buen trabajo al ayudarlo a comprender el tema y se queda atrás durante la evaluación, es un signo de interrogación sobre el estilo de enseñanza del maestro. Y estoy de acuerdo en que todos los estudiantes no serán los mejores en todas las materias, pero la simple negligencia de los estudiantes también molesta a un maestro.
- Un maestro hace muchos otros trabajos además de estar parado en clase y enseñando. ¿Sabes que un maestro está todo el tiempo parado en clase, se mueve y habla sobre su voz todo el equipo? Eso es demasiado esfuerzo físico para cualquier ser humano a diario. A pesar de este esfuerzo, si un niño no da la debida consideración y no está atento a las actividades de la clase, gradualmente pierde la cara frente a la clase y al maestro.
- Un maestro es responsable del bienestar de todos los estudiantes y si su actividad es irrespetuosa con algún otro estudiante o si perjudica la seguridad de cualquier otro niño, no se puede tolerar. Y nunca podemos negar tal indisciplina en la clase.
- Un maestro no puede gustarle por muchas razones y si eso se identifica, también puede resolverse. Un maestro no tiene tal rivalidad personal con un estudiante, pero si existe alguna razón que sea significativa o insignificante, siempre podemos abordarla con nuestra sabiduría y no dejar que afecte nuestro propósito de estar en clase. Los ancianos que participan en el proceso deben ser lo suficientemente racionales como para abordar este problema adecuadamente.
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