Toma mi billetera … ¡todo dentro es tuyo!
Antes de que pienses … No … ¡No asalte a mi maestra!
Solía asistir a clases de Contabilidad Pública junto con otros 500 estudiantes. El tema fue Auditoría y Aseguramiento y fue (todavía) impartido por una facultad llamada @CA Aseem Trivedi. El tema era pesado en teoría, pero Sir solía esforzarse mucho para hacer que la clase fuera lo más interesante posible, incluso cantando números de Bollywood todos los fines de semana.
Un día, formuló una pregunta práctica y la planteó frente a la clase.
- ¿Cuáles son algunas sugerencias prácticas que podría usar para disciplinar mi salón de clases y orientarlo al aprendizaje? Estoy enseñando a estudiantes de 11º grado para junio.
- ¿Cuál es tu ganancia más valiosa como profesor?
- Me encantaría enseñar escritura creativa en mi comunidad local, por pago. ¿Qué tipo de negocio y seguro tengo?
- ¿Cómo es la vida como profesora de inglés extranjero (europeo) en Costa Rica?
- Mi maestra es incompetente en la enseñanza. ¿Debo seguir asistiendo a su clase?
P: Una empresa de fabricación de múltiples productos ha visto una disminución en las ganancias a pesar de que sus ventas y eficiencia operativa no han disminuido. Asigne una razón para ello y corrobore con números.
Como todos los demás, comencé a pensar en las posibles razones y tomé nota de la posible y establecí un escenario para ello. Estuve entre las primeras 2-3 personas que terminaron su solución. Pidió mi cuaderno, leyó mi respuesta, subió al escenario y me llamó al escenario.
Entonces el dijo,
” No solo estuvo entre los primeros en resolver el problema, ¡es el único en hacerlo sin usar una calculadora!”
Mientras la clase aplaudía lo mismo, el señor anunció:
” Siddharth , tengo algo que quiero darte como muestra de agradecimiento”.
(Esto no fue sorprendente ya que todas las facultades generalmente tenían una barra de chocolate o dos en ellas … pero luego llegaron esas palabras …)
“ Toma mi billetera, todo dentro es tuyo … Solo devuélvemela una vez que esté vacía. Añadió con indiferencia.
¡Recuerdo sonrojarme a un tono suave de rosa y quedarme congelada en el lugar!
Al ver mi evidente vacilación, vació la billetera y me pasó todo este efectivo, sin detenerse a contarlo. Me la guardó en el bolsillo y bajé al escenario mientras la clase se rompía en una ruptura, apreciando el gesto de Sir.
PD: ¡ Ese tesoro sin contar se encuentra entre mis posesiones más preciadas hasta la fecha!
Una foto de Sir y yo …