¿La persona está interesada en aprender? Si no, el primer paso es encontrar formas de hacer que esta actividad sea interesante, intrigante y motivadora. Establecer la meta mutuamente, por ejemplo, quiero aprender a leer y escribir para poder tener una vida mejor, para poder tener un mejor trabajo algún día, para protegerme de posibles peligros (no ser capaz de comprender una advertencia escrita o la etiqueta del medicamento puede ser peligrosa)
Usa el libro de estudio que te parezca más práctico y claro, y ponte en marcha. Enseñe la letra, luego combinaciones de letras, luego palabras, oraciones simples (algunas nociones sobre las partes que forman una oración) y así sucesivamente. A partir de las letras, las lecciones de escritura se sincronizan con las de lectura, es decir, la persona debe escribir la nueva letra que enseñó hasta que se acostumbre, luego las combinaciones de letras, las palabras …
Cuando un paso no está claro y está mal asimilado, detente, repite y explica. La comprensión profunda crea una base sólida cuando se enseñan cosas más complicadas más adelante.
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