Hay una diferencia entre un profesor y un profesor.
Un maestro debería haber recibido capacitación especial y tutoría a medida que desarrolla su carrera. Esto incluirá cómo ayudar a los estudiantes con diversas dificultades. Deben saber sobre teorías y métodos educativos. Esencialmente, deberían saber cómo enseñar.
Sin embargo, los maestros pueden verse perjudicados por la situación en la que se encuentran. Es posible que sepan perfectamente que los estudiantes no estarán interesados en un tema obligatorio, o que los horarios y los métodos de evaluación son inapropiados. Se les pueden dar clases grandes, incluidos algunos estudiantes que no deberían estar allí. Y como en todos los ámbitos de la vida, algunos son mejores que otros. Realmente no se puede culpar a alguien por estar por debajo del promedio. (A menos que no comprenda el concepto de promedio como parecen muchos políticos).
La escuela y las instituciones similares son lugares donde los estudiantes vienen a ser enseñados. Hay un plan de estudios definido y evaluaciones estandarizadas, que los maestros alimentan cuidadosamente a los estudiantes.
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La universidad (la guarida de los profesores) es diferente. Este es el lugar donde se espera que los estudiantes aprendan, no que se les alimente con cuchara. Y a medida que pasa los cursos iniciales, se espera que haga más que repetir lo que le han dicho, sino que demuestre una ética de trabajo y un pensamiento original. Lo sentimos, pero esa es la diferencia entre la educación universitaria y la capacitación para un trabajo. Conozco a muchos profesores que realmente se esfuerzan por ayudar a los estudiantes, pero no están destinados a ser maestros en el sentido escolar.
Si vas a una universidad prestigiosa, la presunción es que eres excepcionalmente inteligente y excepcionalmente interesado en el tema general, tanto que harás cualquier trabajo necesario con las partes que no te gustan. Sus profesores son contratados por su experiencia en el campo, no por su capacidad de enseñanza (y habrán recibido relativamente poca capacitación en enseñanza). Lo mejor que se puede esperar es que comuniquen su entusiasmo por la materia, de modo que los estudiantes se vayan y estudien libros, etc., hasta que realmente hayan logrado aprender. Conozco a muchos profesores que realmente se esfuerzan por ayudar a los estudiantes, pero no están destinados a ser maestros en el sentido escolar.
Es mi observación que los estudiantes con suficiente motivación pueden superar su propia falta de interés en un tema en particular y los defectos del sistema educativo. Sin embargo, hay demasiados en la actualidad que esperan que la educación sea algo que se les brinda, que no se gana, y que esperan que sea fácil.
La conclusión es que hoy en día es un comportamiento humano común culpar a otras personas por sus propias carencias.