Creo que el mejor método para calificar es el que enfatiza menos la calificación.
Las calificaciones pueden distraer el aprendizaje real y centrarse en las cosas equivocadas. Valorar cómo aprende y qué aprende y cómo piensa acerca del aprendizaje es algo muy diferente de valorar las calificaciones. La mayoría de los estudiantes valoran sus calificaciones más que el aprendizaje, y harán lo que necesiten para obtener buenas calificaciones a expensas del pensamiento y el aprendizaje auténticos. Hay investigaciones que demuestran que los estudiantes que piensan a menudo sobre sus calificaciones muestran un pensamiento más superficial cuando se les dice que se les dará una calificación. Toman menos riesgos. Hay una gran diferencia entre preguntar, “¿Cómo podría saber esto?”. “¿Se relaciona o entra en conflicto con lo que aprendimos ayer?”, “¿Hay una manera diferente de pensar acerca de esta idea que no nos enseñaron?” que “¿Esto estará en la prueba?”
Las calificaciones perjudican la motivación natural del alumno para aprender. Los maestros a menudo se preguntan por qué los estudiantes carecen de motivación sin darse cuenta de que es menos una falta de motivación que la autoconservación racional.
Como se requiere que la mayoría de los maestros den calificaciones, sería mejor enfatizarlos lo menos posible. Concéntrese en comprender y evaluar su comprensión y el proceso de aprendizaje, y no en las calificaciones.
El caso contra los grados
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