Como alguien que ha enseñado a adolescentes, este es el número 1,000,000 en mi lista de problemas.
El problema número 1 es cuando haces una pregunta y la respuesta es el aburrimiento apatático que es el estado natural del adolescente.
En primer lugar, debe analizar la psicología de por qué los maestros hacen preguntas.
1) Verifique si los niños están despiertos / vivos.
Nada es más vergonzoso para un alumno que recibir una pregunta que no puede responder.
Entonces, hacer preguntas al azar a los alumnos mantiene a la clase alerta. A menudo es difícil saber si un adolescente es deliberadamente inerte, practicando ser petrificado o muy sedado.
Al menos si alguien responde “err, no sé” a “lo que estaba diciendo”, siempre existe la posibilidad de que su capacidad de atención ahora se dispare y dure hasta el final de la lección
2) Los maestros pueden querer saber si los niños han entendido.
No tiene sentido elegir el más brillante, sabes que lo entendieron, realmente quieres una encuesta de una muestra aleatoria.
3) Los maestros pueden querer que los niños piensen.
Bien, esto es tremendamente optimista, pero siempre existe la posibilidad de que un alumno piense en lo que le pidió y presente una respuesta reflexiva, presentada de forma lógica.
Para los casos 1 y 2 siempre preguntaba al alumno por su nombre. Los maestros deben poder memorizar toda una clase de nombres en minutos.
Para el caso 3, un niño conocedor es como tener a alguien gritando spoilers de la trama.
Soluciones:
Bueno, la respuesta obvia para un niño que es demasiado brillante para la clase es asignarle un trabajo extra, normalmente establecería algo relacionado con el tema en cuestión, pero no necesariamente en el plan de estudios.
Por ejemplo, Rodamientos, coordenadas del mapa, Cálculos en hexadecimal o cualquier cosa que pueda ser una habilidad útil aleatoria.
Otro método que he usado es lograr que el niño inteligente enseñe conmigo, traduciendo lo que he dicho de adulto a adolescente. Es posible que el niño no esté aprendiendo Matemáticas (que no estaban aprendiendo de todos modos), pero al menos están aprendiendo a hablar en público y a comunicarse. Siempre hay un par de niños que creen que el niño inteligente en clase sabe más que el maestro de todos modos.
Tener estudiantes brillantes y atentos es una bendición. Siempre puedes hacer que las clases sean más difíciles. Sin criticar a las personas que escriben los planes de estudio, sería difícil hacerlos menos desafiantes.
Entonces, si eres ese alumno, nunca tengas miedo de decirle al maestro que la lección es demasiado fácil, la cantidad de conocimiento que todos tenemos que obtener es infinita. El conocimiento no es una carga, cuanto más tenga, más fácil será la vida.