Sí, esto puede suceder. Las personas que son “estudiantes de espíritu libre” son personas que aman aprender, pero no les gusta el sistema educativo. Este tipo de estudiantes disfrutan aprender sobre lo que les fascina. Hablo por experiencia personal porque soy una de estas personas. Me encanta leer periódicos y revistas y navegar por Internet para aprender sobre emprendimiento y tecnología, que son temas que me fascinan. No me gusta mucho el sistema educativo porque impone limitaciones a lo que se aprende. Para el sistema de escuela secundaria estadounidense, uno se ve obligado a aprender material para que puedan desempeñarse bien en las pruebas estandarizadas. Esto es mera memorización de memoria; los estudiantes en realidad no aman el aprendizaje.
En la universidad, uno tiene más libertad para estudiar lo que les interesa, sin embargo, las ofertas de cursos son limitadas. Siendo realistas, las universidades no pueden satisfacer las necesidades de todos, por lo que no todos pueden estudiar lo que realmente aman. En cambio, los estudiantes se canalizan a las especialidades más populares. Esta es la desafortunada realidad del sistema educativo. En un mundo ideal, todos estudiaríamos lo que queramos, pero esto no puede ocurrir de manera realista porque necesitamos obtener empleos remunerados para mantenernos a nosotros mismos y a nuestras familias.
Por lo tanto, es posible odiar el sistema educativo y amar la educación. ¡Espero que esto ayude!
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